La investigación de Crawford se basa en el análisis del programa Apolo y señala cinco principales ventajas de la exploración humana del espacio:
- Los humanos pueden hacer frente a situaciones momentáneas y reaccionar bien a cambios repentinos.
- Los humanos pueden viajar más rápido por terrenos desconocidos (los astronautas del Apolo XVII cubrieron más distancia en tres días que el Rover Opportunity en ocho años)
- Los humanos son mejores seleccionando muestras diversas y una misión tripulada de forma automática se convierte en una misión de retorno de muestras.
- Los humanos están mejor adaptados para llevar a cabo tareas complejas como perforar.
- El vuelo espacial humano ha posibilitado la astronomía espacial, como por ejemplo las misiones de las lanzaderas al telescopio espacial Hubble.
Los cuatro primeros puntos se apoyan en la medición del rendimiento de los astronautas del Apolo en comparación con las misiones robóticas a Marte y la Luna. La disparidad entre las misiones tripuladas y robóticas es llamativa: los astronautas del Apolo recogieron y recolectaron 382 kg de muestras de 2.000 localizaciones distintas mientras la misión Luna solo trajo 0.32 kg de rocas lunares.
Además, las referencias de artículos científicos escritos sobre los datos del Apolo son muchas más que las de las misiones robóticas (2.500 frente a 500) de hecho, la cantidad de artículos sigue creciendo a pesar de que los astronautas dejaron la Luna en 1972.
En opinión de los investigadores, la solución al aumento de coste de las misiones espaciales robóticas pasa por llevar a la ciencia a misiones motivadas políticamente y financiadas con capital privado.
Via astrobites
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