jueves, 24 de enero de 2013

Un oasis para la vida en aguas profundas

Los árboles no crecen en el fondo del mar, sin embargo las piezas de madera hundidas puede tornarse en un oasis para la vida del fondo marino, al menos hasta que la madera se degrada completamente. Un equipo científico ha mostrado ahora como la madera hundida puedes desarrollarse en forma de atractivos hábitats para una variedad de microorganismos e invertebrados. Utilizando tecnología de robots submarinos, confirmaron la hipótesis de que los animales de filtraciones submarinas frías y calientes podrían verse atraídos hacia la madera debido a la actividad bacteriana, la cual produce sulfuro de hidrógeno durante la degradación de la madera.

Muchos de los animales que prosperan en chimeneas hidrotermales calientes y filtraciones frías necesitan formas especiales de energía como metano y sulfuro de hidrógeno que emergen del fondo marino. Estos portan bacterias simbiontes en su cuerpo, que convierten la energía de esos compuestos en alimento. Las chimeneas y filtraciones están a menudo separadas por cientos de kilómetros en el desierto del profundo océano, sin conexión entre ellas.

Durante mucho tiempo el cómo los animales pueden dispersarse entre estos raros oasis de energía en el fondo marino fue un misterio. Una hipótesis era que los restos de ballenas y grandes algas muertas, así como madera hundida, podrían servir como fuente de alimento y hábitat temporal para estos animales del fondo marino, pero solo si las bacterias eran capaces de producir compuestos de metano y azufre a partir de ellos.

Para abordar esta cuestión, el equipo depositó troncos de madera en el fondo marino del Mediterráneo oriental, a profundidades de 1.700 metros y los recuperaron un año después para estudiar la fauna, bacterias y microingredientes químicos. Se sorprendieron de la cantidad de animales que habían prosperado tras un año. Los principales colonizadores fueron los bivalvos perforadores de madera del género Xylophaga, también llamados "gusanos de barco". Este animal constituye esencialmente la vanguardia que prepara el habitat para otros seguidores, pero también necesitan la ayuda de bacterias, llamadas a hacer uso de la celulosa de la madera, la cual es dificil de digerir.

El equipo de investigadores observó que los bivalvos perforadores de madera habían cortado grandes partes de madera en pequeñas astillas, las cuales eran después degradadas por muchos otros organismos. Esta actividad lleva al consumo de oxígeno, permitiendo la producción de sulfuro de hidrógeno por microorganismos reductores de sulfato. De hecho, los investigadores encontraron un mejillón, que normalmente solo se encuentra en filtraciones frías o ambientes similares donde usa compuestos de azufre como fuente de energía. Además los investigadores descubrieron nuevas especies. Así pues, la madera hundida no solo promociona la dispersión de animales raros del fondo marino, sino que también forma puntos candentes de biodiversidad en el fondo marino.

Este artículo participa en la XX edición del Carnaval de Biología, que hospeda Multivac42 en su blog Forestalia.

Via MPG

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