Un equipo de astrónomos ha usado el observatorio Keck para encontrar evidencias de fuentes de materia fluyendo hacia adentro y hacia afuera durante miles de millones de años en galaxias espirales distantes.
En la Vía Láctea, se estima que cada año alrededor un masa de gas y polvo equivalente al Sol se convierte en estrellas. Una estudio reciente mostró que nuestra galaxia no puede mantener el ratio de formación de estrellas durante más de mil millones de años. Las comparativas en la edad de las estrellas con otras galaxias espirales muestran que una masa solar anual es el típico ratio de formación estelar, así pues el enigma parece ser universal.
Otra posibilidad, más cercana a casa, implica un gigantesco ciclo de materia cósmica. Se ha observado al gas fluyendo hacia afuera de las galaxias, y podría ser empujado por diferentes mecanismos, incluyendo violentas explosiones de supernovas(es como las estrellas masivas terminan sus vida), y la enorme presión ejercida por la luz emitida por las estrellas brillantes de gas en su vecindario cósmico. Eso significa que la materia adiccional debe encontrar su camino de vuelta al interior de las galaxias. Una posible fuente es el flujo hacia el interior desde los enormes yacimientos de gas de baja densidad llenando los vacíos intergalácticos, sin embargo, hay pocas evidencias de que esto suceda.
A medida que el gas es expulsado, vuelve a ser atraído por la gravedad de la galaxia, y podría reentrar en la misma galaxia en escalas de tiempo uno a varios miles de millones de años. Este proceso podría solventar el misterio, y si es así, entonces el gas encontrado dentro de las galaxias solo debería ser la mitad del material que termina como combustible para estrellas. Las grandes cantidades de gas son capturadas en tránsito, pero vuelven a reentrar en la galaxia con el tiempo.
Sin embargo, hasta ahora había bastante incertidumbre acerca de la idea del reciclaje cósmico. ¿Sería el gas expulsado el gas a velocidad de escape para no volver o sería atraído de nuevo? Para las galaxias locales en un radio de unos poco cientos de millones de años-luz, hay estudios que muestran evidencias de gas atraído tras haber sido expulsado. ¿Pero que hay sobre las galaxias más distante, donde los chorros de gas expulsado son más potentes? ¿será la gravedad suficiente para retrotraer el gas? Sino, tal vez los astrónomos tengan que replantearse los modelos de formación de las estrelllas a escalas galácticas.
Para resolverlo, el equipo de investigadores ha examinado el gas asociado a cien galaxias a distancias de entre 5.000 y 8.000 millones de años con LRIS, encontrando en seis de ellas la primera evidencia directa de que la deriva de gas en el espacio intergaláctico en efecto, fluye de nuevo en galaxias con formación estelar.
Via Kecko Observatory
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