La luna helada de Júpiter es objeto de constantes y significativos estallidos de radiación. Un nuevo experimento intenta determinar a qué profundidad debe A new experiment attempts to determine how deep life must lay beneath the crust in order to survive. This will be important for future missions looking for life on Europa.
Considerada una de las fuentes con mayor probabilidad de albergar vida extraterrestre en el Sistema Solar, Europa podría albergarla escondida en el fondo del océano, bajo una capa de hielo. Algunos organismos incluso podrían viajar por la superficie a través de las grietas pero la radiación de la magnetosfera de Júpiter azota constantemente la pequeña luna con electrones de alta energía en el rango de megaelectrón voltios (MeV) y podría aniquilar la vida de las profundidades, complicando su detección con orbitadores o sondas. Un grupo de científicos está buscando, de forma experimental, como determinar a qué profundidad debe estar la vida en Europa para evitar su destrucción.
La mayoría de los estudios acerca de como la radiación de alta energía afecta a los organismos se han centrado en los aspectos médicos, donde se intenta determinar como la quimioterapia afecta al cuerpo humano. Sin embargo, este estudio se centra en el agua, el componente primario del cuerpo humano.
Las teorías más simples acerca de la profundidad a la que llegan los electrones solo se centran en electrones de alta energía, pero incluso en el rango de MeV, no hay datos científicos que hayan sido comprobados y medidos en hielo con materia orgáníca, lo cual es un aspecto importante para la astrobiología.
El equipo de investigación se ha centrado en la radiación de electrones de baja energía, hasta 10.000 veces menos intensa que la que es bombeada desde Júpiter. En este rango, la profundidad a la que viajan los electrones está directamente relacionada con la intensidad de la radiación y se proyectaron tres escenarios, incrementando la intensidad de los bombardeos. Dos de ellos tenían en cuenta los cambios potenciales que puede conllevar la profundidad; a mayor intensidad, los electrones pueden hacer más o menos daño, según calcularon. Sin embargo, si los resultados fueron los mismo en niveles de alta energía siguiendo comportamientos normales, la radiación a 100 MeV penetrará entre 60 y 80 cm. Puede parecer que no supone un problema, pero si alguna sonda enviada a Europa aterriza y excava tan solo medio metro en una zona altamente irradiada, en busca de vida, es bastante posible que no encuentre nada debido a que los electrones hayan destruido todo rastro orgánico en dicha región.
Via astrobites
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