Científicos del Instituto Max Planck han descubierto células cerebrales en monos que pueden estar ligadas a la empatía y autoconsciencia en humanos.
El cortex anterior insular es una pequeña región del cerebro que juega un papel crucial en la autoconsciencia humana y se relaciona con desórdenes neuropsiquiátricos. Un tipo de célula único, la neurona Von Economo (VEN), está situada ahí. Desde hace tiempo, se había asumido que era propia de humanos, grandes simios, ballenas y elefantes, pero ahora se ha descubierto que la VEN también está presente en la ínsula de los monos macacos. La morfología, tamaño y distribución de la VEN en monos sugiere que es al menos un homólogo anatómico primitivo de la VEN en humanos. Este descubrimiento ofrece muchas y necesarias oportunidades para examinar en detalle las conexiones y funciones de una célula y la región cerebral que puede tener un papel clave en la autoconsciencia humana y en los desórdenes mentales incluido el autismo y determinadas formas de demencia.
El cortex insular, o simplemente ínsula, es una región cortical oculta plegada y escondida en lo profundo de la mente, una isla dentro del cortex. Durante una década, la ínsula ha emergido de la oscuridad teniendo un papel clave en diversas funciones normalmente relacionadas con nuestros estados corporales internos, nuestras emociones, nuestra autoconsciencia y nuestras interacciones sociales. La parte muy anterior de la ínsula en particular, es donde los humanos sienten conscientemente las emociones subjetivas como el amor, odio, resentimiento, autoconfianza o vergüenza. En relación con estos sentimientos, la ínsular anterior está implicada en varias psicopatologías. El daño de la ínsula conlleva apatía y la imposibilidad de decir que sentimientos experimenta uno mismo o su entorno. Estas discapacidades y la alteración de la ínsula también se dan en el autismo y otros otros trastornos neuropsiquiátricos muy perjudiciales.
La neurona Von Economo (VEN) se produce casi exclusivamente en la ínsula anterior y en el cortex de cíngulo anterior. Hasta hace poco se creía que la VEN solo se daba en humanos, grandes simios y algunos mamíferos con grandes cerebros con comportamiento social complejo como ballenas y elefantes. En contraste a la típica disposición piramidal de los vecinos de la neurona, que está presente en todos los mamíferos y regiones del cerebro, la VEN tiene una peculiar forma de huso y es aproximadamente tres veces más larga. Su densidad numérica es selectivamente alterada en el autismo y el bvFTD. El equipo de investigación ha descubierto VENs en la ínsula anterior de los monos macacos, aportando una evidencia convincente de que los monos poseen al menos una forma primitiva de la VEN humana aunque no tienen la habilidad de reconocerse a si mismos en un espejo, un comportamiento característico de la autoconsciencia.
Conocer las funciones de la VEN y sus conexiones con otras regiones del cerebro en monos puede darnos pistas sobre la evolución de sustrato anatómico de la autoconsciencia en humanos y puede ayudar a comprender mejor discapacidades neuropsiquiátricas severas como el autismo, o incluso adicciones como las drogas y el tabaco.
Via Instituto Max Planck
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