viernes, 13 de septiembre de 2013

Un experimento sugiere una inesperada magia de los rayos cósmicos en la formación de nubes

En 1996, físicos daneses sugirieron que los rayos cósmicos, partículas energéticas del espacio, eran importantes en la formación de las nubes. Desde entonces, varios experimentos han demostrado que los rayos cósmicos realmente ayudan a la formación de los pequeños grupos de moléculas. Pero la hipótesis de los rayos cósmicos y nubes parece tener problemas cuando las simulaciones numéricas de la teoría química predominante apuntaron a un fallo en el crecimiento.

Afortunadamente, la teoría química puede ser probada experimentalmente, como se hizo con SKY2, la cámara que contiene 8 metros cúbicos de aire y trazas de otros gases. Una serie de experimentos confirmaron la predicción desfavorable de que los nuevos grupos fallarían al crecer lo suficiente para ser influyentes para las nubes. Pero otra serie de experimentos, usando rayos ionizados, arrojó un resultado muy diferente, tal y como se puede ver en el gráfico.

Las reacciones que tienen lugar en el aire sobre nuestras cabezas principalmente implican a moléculas comunes. Durante las horas de día, los rayos ultravioleta del Sol animan al dióxido de azufre a reaccionar con el ozono y el vapor de agua para crear ácido sulfúrico. Los grupos de interés para la formación de nubes consisten principalmente en ácido sulfúrico y moléculas de agua agrupadas en grandes cantidades, que crecen con la ayuda de otras moléculas.

La qumica atmosférica ha asumido que cuanto los grupos se han juntado hasta el final del día, paran de crecer, y solo una pequeña fracción se vuelve lo suficientemente grande como para ser meteorológicamente relevante. Aún en el experimento SKY2, con rayos cósmicos naturales y rayos gamma manteniendo el aire de la cámara ionizado, dicha interrupciòn no tuvo lugar. Este resultado sugiere que otro proceso químico parece estar suministrando las moléculas extra necesarias para mantener los grupos creciendo.

El resultado refuerza la teoría de que los rayos cósmicos provenientes de la galaxia están directamente implicados en el clima y la meteorología de la tierra. En experimentos anteriores, se motró que los rayos ionizados ayudan a formar pequeños grupos de moléculas. Los criticos argumentaron que los grupos no podían crecer lo suficiente en tamaño como para afectar a la formación de nubes de forma significativa. Pero la actual investigación, contradice la visión tradicional. Ahora se quiere investigar más en detalle la inexperada química que tiene lugar en el aire, al final del largo viaje que trajo los rayos cósmicos aquí desde las estrellas que explotaron.

Via DTU

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