El rango de detectores de ondas gravitacionales (GW) va desde masas de prueba de metros de ancho hasta interferómetros láser de kilómetros de largo. La Tierra por si misma también es un potencial receptor de GW que emite su señal en ondas sísmicas. Un nuevo análisis de los datos sismográficos restringe la cantidad de radiación GW en el Universo a frecuencias justo por debajo de un hertz (Hz). El límite superior derivado es unos órdenes de magnitud menor que el límite previo a esas frecuencias.
Las ondas gravitacionales son ondulaciones en el tejido del espaciotiempo, las cuales se predijo que surgirían del movimiento acelerado de cuerpos masivos, tales como estrellas de neutrones orbitando. Cuando una GW pasa a través de un objeto, como la Tierra, puede inducir unas vibraciones muy pequeñas y potencialmente detectables. El físico Freeman Dyson especuló en 1968 que se podría detectar estas GW de púlsares en los datos de ondas sísmicas. Sin embargo, varios intentos anteriores han fallado al intentar encontrar una señal verificable. De hecho, ningún detector de ningún tipo ha observado directamente una GW hasta el momento.
Ahora, un grupo de investigadores ha optado por un nuevo enfoque para la conexión de GW-onda sísmica. En lugar de buscar una señal de una fuente específica de GW, se ha considerado la sima de todas las emisiones de GW a lo largo del cielo en una ampliamente inexplorada región de frecuencia entre los 0,05 y 1 Hz. Este fondo uniforme de GW podría presumiblemente contribuir al ruido aleatorio de ondas sísmicas. Por tanto, estimando el ruido en una red global de sismógrafos, los investigadores situarían un límite superior en la densidad de energía de la radiación GW a sub-hertz. Este límite no es muy estricto comparado con otros límites a freciencias GW más altas y más bajas, pero el nuevo límite mejor que los anteriores en un factor de mil millones a frecuencias similares proporcionadas por mediciones de masa en laboratorios de precisión.
Via Physics.aps
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